Incomprensible
Pues, tras haber dejado reposar el asunto algún día, vamos a contar qué tal la noche de la lluvia de estrellas (ver post titulado Perseidas).
Cada vez estoy más convencido de que la gente, cuanto más confías en ella, más fuerte te pega un palo. Quizás esta vez haya sido sin querer, o no con tan mala intención como yo creo, pero el caso es que últimamente ha habido gente cuyas acciones no entiendo muy bien. Es como si de repente a la gente le entrara una vena maligna y tuvieran que dar porculo para quedarse a gusto.
La noche de la lluvia de estrellas siempre la he pasado con cierta gente, todos los años. Era algo como un ritual, una fecha que se daba por supuesta que íbamos a pasar juntos, porque ya se sabe que con el tiempo la gente se va viendo menos, así que esta era una excusa para que no fuera así. Además, siempre echábamos mucho rato hablando y teorizando sobre cualquier tontería, ya ves tú. Pero no, este año parece que había otras opciones mucho más interesantes, y, lo que más jode, con gente mucho más interesante. Así que por momentos uno se siente traicionado. Aunque realmente todo lo que ha pasado haya sido inconscientemente, no puedes evitar pensar ciertas cosas y ciertas actitudes un tanto extrañas. Y lo peor es que cuanto más vueltas le das a la cabeza para intentar encontrar una lógica y motivos, menos se comprende todo. Qué absurdas somos las personas a veces. Eso sí, una y no más. Hay cosas que quizás no sea fácil olvidar, y esperemos que no sea así...
El mejor consuelo es que este año, la noche del 12 de agosto la he pasado en una compañía diferente, pero mucho mejor que la otra, con lo que he compensado mi decepción.
¡Gracias!
Cada vez estoy más convencido de que la gente, cuanto más confías en ella, más fuerte te pega un palo. Quizás esta vez haya sido sin querer, o no con tan mala intención como yo creo, pero el caso es que últimamente ha habido gente cuyas acciones no entiendo muy bien. Es como si de repente a la gente le entrara una vena maligna y tuvieran que dar porculo para quedarse a gusto.
La noche de la lluvia de estrellas siempre la he pasado con cierta gente, todos los años. Era algo como un ritual, una fecha que se daba por supuesta que íbamos a pasar juntos, porque ya se sabe que con el tiempo la gente se va viendo menos, así que esta era una excusa para que no fuera así. Además, siempre echábamos mucho rato hablando y teorizando sobre cualquier tontería, ya ves tú. Pero no, este año parece que había otras opciones mucho más interesantes, y, lo que más jode, con gente mucho más interesante. Así que por momentos uno se siente traicionado. Aunque realmente todo lo que ha pasado haya sido inconscientemente, no puedes evitar pensar ciertas cosas y ciertas actitudes un tanto extrañas. Y lo peor es que cuanto más vueltas le das a la cabeza para intentar encontrar una lógica y motivos, menos se comprende todo. Qué absurdas somos las personas a veces. Eso sí, una y no más. Hay cosas que quizás no sea fácil olvidar, y esperemos que no sea así...
El mejor consuelo es que este año, la noche del 12 de agosto la he pasado en una compañía diferente, pero mucho mejor que la otra, con lo que he compensado mi decepción.
¡Gracias!
1 Tonterías:
Moraleja: la vida es un foro
Terrible, mon dieu
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